viernes, 16 de enero de 2015

Scott Walker suena como un candidato en la reunión de invierno del RNC; Ben Carson genera controversia


El Gobernador de Wisconsin Scott Walker (R) acaparó ayer el interés en la segunda jornada de la reunión de invierno del Comité Nacional Republicano (RNC, el aparato de dirección del Partido Republicano).

Durante la cena que reunió a activistas, consultores y donantes republicanos en el Hotel del Coronado de la bahía de San Diego, en California, Walker subrayó el valor de sus tres victorias electorales en cuatro años en un estado que no ha votado republicano en unas elecciones presidenciales desde 1984, y defendió que su éxito recortando los beneficios a los funcionarios y reduciendo los impuestos en Wisconsin puede ser un modelo para que el Partido Republicano vuelva a gobernar a nivel nacional en 2016.

"La gente quiere una mirada nueva y fresca. Quieren nuevas ideas," dijo en lo que podría interpretarse como una reprobación a Mitt Romney - el ex gobernador de Massachusetts hablará esta noche ante la misma gente - para a continuación ofrecerse tácitamente para abanderar la próxima campaña presidencial.

"Quiero compartir una visión: creo que tenemos una oportunidad única de avanzar, no solo por el bien de este partido, sino lo que es más importante, por el bien de este país, para encontrar un líder nuevo y fresco ahí fuera que pueda tomar ideas audaces, tomar ideas que vengan de fuera de Washington, de los estados hasta las bases," dijo Walker. "Necesitamos a alguien que con suerte tenga unos cimientos y un historial de éxito en la demostración de que esas reformas conservadoras de sentido común pueden funcionar no solo en Wisconsin, sino en toda América."

De la favorita de los demócratas, Hillary Clinton, Walker destacó que pertenece a la clase política que lleva toda la vida instalada en Washington. "Ha vivido en Washington, ha trabajado en Washington," dijo. "Miras todo lo que a la gente no le gusta de Washington, y ella lo personifica," añadió, recordando que el desprecio por cómo funcionan las cosas en la capital federal fue un tema importante en su campaña de reelección en Wisconsin. "La gente en Washington quiere que estés contra algo. Nosotros queremos que estés a favor de algo."

El otro punto de su discurso estribó en "presentarse a sí mismo como un hombre corriente del Medio Oeste," señala Dan Balz en The Washington Post, destacando las alusiones del gobernador a que suele comprar habitualmente en una cadena de tiendas de descuento.

Después de escuchar el discurso de Walker, Zeke J. Miller, periodista de Time, opina que el gobernador de Wisconsin "dejó pocas dudas de que está planeando presentarse a la Casa Blanca en 2016."

Los asesores de Walker admiten a The Hill que la enérgica entrada de Jeb Bush en la precampaña "acelera el calendario" para el resto de potenciales candidatos, incluido Walker, y dicen que el gobernador está preparado para proceder con "una campaña que mantenga el equilibrio" entre el tiempo que tiene que dedicar a gobernar Wisconsin y los eventos electorales que tendría que hacer en la vecina Iowa.

El reciente fichaje de Rick Wiley "fue una aceleración" de esos planes, indica una fuente cercana a Walker que también asegura que el gobernador "está más que preparado, se siente sin duda cómodo, y está más cómodo haciendo esto que otras personas. Ha llegado a ese punto en que esto es algo que él y su mujer Tonette quieren hacer. Lo que hay que valorar es si pueden recaudar el dinero y montar una organización. Pero él quiere hacer esto y está preparado."

No anunciará nada oficial hasta finales de la primavera porque su estrategia en esta primera fase pasa por cumplir con una serie de ambiciosos objetivos políticos en Wisconsin, como la eliminación de algunas agencias estatales y la revocación del Common Core, nuevas reducciones del impuesto sobre la propiedad y relajación de las leyes de control de armas, que gustarán a los votantes de las primarias republicanas. Así, su probable campaña consistiría en presentar "su larga lista de reformas en el estado en contraste con la parálisis del gobierno federal."

Los admiradores de Walker, que se sitúa a la derecha de los tres grandes nombres - Bush, Romney, Christie - pero más centrado que los más ruidosos representantes del Tea Party, creen que sus logros en Wisconsin "lo distinguen de varios de sus potenciales oponentes."

"Lo que Walker tiene son cuatro años ahora y dos más antes de las elecciones donde ha hecho cosas increíbles," comenta a The Hill el activista conservador Grover Norquist, presidente de Americans for Tax Reform. "Coja cualquier parte de la moderna coalición de centro-derecha. Él ha cumplido en nateria de impuestos, en la autorización de permisos para portar armas ocultas, en la elección escolar y en importantes cambios en los sindicatos del sector público, y ha ganado una serie de elecciones. Puede decir que ha mejorado su estado más radicalmente que nadie," sentencia Norquist.

Walker ha escalado al tercer puesto en Iowa en la última encuesta de Gravis Marketing sobre la competición republicana. Se sitúa por detrás solo de Romney y Bush, y por delante de Mike Huckabee, ganador del caucus republicano de Iowa en 2008. Pero la única encuesta que vale en el estado del ojo de halcón es la del Des Moines Register, que veremos si confirma o no estos números.


El doctor Ben Carson (R) habló unas horas antes que Walker. El neurocirujano, que se registró hace dos meses como republicano con la intención de participar en las primarias de 2016, generó polémica cuando insinuó que EEUU podía aprender algo del Estado Islámico: el compromiso en la defensa de sus valores.

"Ellos tienen la filosofía equivocada, pero están dispuestos a morir por aquello en lo que creen, mientras nosotros estamos ocupados renunciando a todas nuestras creencias y valores por el bien de lo políticamente correcto," dijo. "Tenemos que cambiar eso."

La polémica frustró lo que debía haber sido el principal cometido de su intervención de ayer ante algunos integrantes del establishment republicano: convencerles de que no es un fanático.

En política doméstica, Carson defendió una reforma radical del código fiscal que permita la abolición del Servicio Interno de Impuestos (IRS), medidas para reducir el gobierno federal, la sustitución del Obamacare por ser demasiado caro, y que no se llame matrimonio a las uniones entre personas del mismo sexo.

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