martes, 24 de febrero de 2015

Marco Rubio firmó libros y respondió preguntas en New Hampshire



Con la excusa de promocionar su nuevo libro, el Senador Marco Rubio (R) celebró ayer un pequeño acto electoral en Hollis, un pueblo de la parte sur de New Hampshire.

El evento tuvo lugar en el antiguo granero de madera de la familia Lawrence, un lugar muy frecuentado por candidatos presidenciales - hace cuatro años pudimos ver allí a Ron Paul y Rick Santorum, entre otros - que también suele servir como colegio electoral.

El senador por Florida, que empezó recordando sus primeros viajes a New Hampshire en 1996, cuando trabajó como voluntario en la campaña de Bob Dole regalando naranjas de Florida a los votantes, habló de hacer la educación más accesible, de bajar el impuesto sobre sociedades, de anular las acciones ejecutivas de Obama, y de recuperar una política exterior fuerte.

Después de una presentación de veinte minutos, Rubio respondió a 13 preguntas de los votantes que se situaban a dos o tres metros de él, la quintaesencia de las campañas en New Hampshire.

La pregunta más delicada, una que le recordó que fue uno de los ocho senadores que apoyaron una reforma migratoria que fue bloqueada en la Cámara de Representantes por los republicanos más afines al Tea Party.

"Cuando le escuché por primera vez, me gustó mucho, y después me perdió," empezó a preguntarle una persona del público. "Pero he vuelto aquí para darle otra oportunidad. Mi pregunta para usted es, ¿puede comprometerse, si es elegido Presidente, a enviar a casa a cada persona que haya violado las leyes de nuestro país y que esté aquí de manera ilegal?"

Rubio respondió sin miedo: "No creo que nadie pueda jurarle eso. Tenemos 12 millones de seres humanos en América, la mayoría de los cuales ni siquiera sabemos quiénes son y algunos de los cuales nuestro país no va a tolerar que sean enviados de vuelta. Esa no es una propuesta realista."

El senador dijo que es necesario reformar las leyes migratorias pero que apoya proteger la frontera, mejorar el rastreo de personas con el visado caducado y poner en marcha un sistema de verificación de trabajadores.

Al término del evento, la mayoría de los participantes elogiaron a Rubio pero dijeron que todavía necesita trabajar mucho para ganar la primaria de New Hampshire.

"Es una persona que impresiona, un contendiente," declaró Peter Band, un concejal de Hollis cuyo testimonio recoge The Boston Globe. "Pero se puede decir que todavía no se ha ganado a la multitud. Tendrá que venir unas cuantas veces más para eso."

El senador estatal Kevin Avard, que tuvo ocasión de reunirse en privado con Rubio junto con una veintena de políticos locales, destacó que el senador por Florida le pareció un tipo genuino. "Eso es lo que la gente está buscando ahora mismo," dijo Avard. "La gente está harta de candidatos planos del establishment."

"Hay algunos aquí que están intrigados con Rubio, pero la mayoría lo están considerando junto con Ted Cruz, Rick Perry y Scott Walker," dijo Liz Christoffersen, una activista republicana local.

Jim Merrill, el hombre de Rubio en New Hampshire, aseguró que cualquier estrategia del senador en el estado de granito implicará visitas frecuentes. "Va a hacerlo bien en los 'town halls' de New Hampshire, va a hacerlo bien en el desfile del 4 de julio de Amherst, y va a hacerlo bien en la Flecha Roja en Manchester," declaró Merrill a The New York Times, indicando que puede hacer de todo.

Rubio ha dormido esta noche en New Hampshire y esta mañana participará en el tradicional desayuno Politics and Eggs (Política y huevos) de Manchester.

Antes de retirarse a dormir, firmó libros en una librería Manchester y, como viene siendo habitual en su gira literaria, el primer hispano con una oportunidad realista de llegar a Presidente cruzó palabras en castellano con los hispanos que se acercaron a saludarlo o a interrogarlo.

Mario Fernández (no confundir con el ex vicelendakari), un inmigrante cubano que vive en Nashua, le pidió que trabaje para eliminar la norma que requiere 60 de los 100 votos del Senado para permitir que una propuesta sea votada en el pleno.

Rubio no pareció muy convencido con la idea, describe el Concord Monitor, pero Fernández y su mujer, Olga, dijeron que "indudablemente" votarían a Rubio para Presidente. "Creo que es una persona muy inteligente, tiene mucho conocimiento, y entiende muy bien los problemas del socialismo," dijo Fernández.

Menos convencida estaba Eva Castillo, una venezolana que milita en la Alianza de Inmigrantes y Refugiados de New Hampshire. "¿A quién deportaría primero?" le preguntó Castillo a Rubio cuando éste le dijo que estaba en contra de la acción diferida para quienes llegaron en la infancia y de la acción diferida para padres residentes.

"No se trata de deportar," le respondió Rubio. "Al final, quiero que arreglemos el asunto de la inmigración. Como sabrás, he ofrecido soluciones a la inmigración."

"¿Todavía las apoya?" le preguntó Castillo.

"No, porque no podemos aprobarlas. No voy a perder más tiempo con cosas que no podemos aprobar," le dijo Rubio. "Lo que estoy dispuesto a hacer es demostrarle a la gente que vamos a reforzar nuestras leyes migratorias, y si podemos hacerlo, creo que la gente será muy razonable sobre lo que hacemos con las personas que han estado aquí durante mucho tiempo y que no han violado las leyes."

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