Ron ha estado presente en todos los momentos importantes de la carrera política de su hijo. Por ejemplo, la noche que ganó la primaria de Kentucky para ser el candidato republicano al Senado...
... pero ha habido opiniones para todos los gustos sobre si era conveniente que el padre estuviera en el lanzamiento de la campaña presidencial, porque, como escribe Glenn Thrush en POLITICO, Ron es una ironía en el ascenso político de Rand: fue él quien "lo hizo posible pero ahora necesita desaparecer."
"Rand Paul quiere renovar el libertarismo de Ron Paul para convertirlo en una fuerza electoral más potente y capitalizar su popularidad entre los votantes más jóvenes. Y, a diferencia de su padre, está dispuesto a llegar a compromisos para de verdad ser elegido Presidente," explica Thrush.
"Mientras tanto," añade Thrush, "no está claro que Ron Paul, aunque apoye la candidatura de su hijo, esté completamente comprometido con su plan de sucesión. Mientras Rand maniobra, Ron parece distraído - o desdeñoso - con las consideraciones de realismo político de la campaña de su hijo y empeñado en expresarse en su habitual tono."
Dicen quienes los conocen que siempre han tenido diferencias a la hora de abordar ciertos temas, sobre todo la política exterior. Dicen que los matices que ha introducido Rand al discurso de su padre no son solo producto del tacticismo electoral.
"Randy [así lo llaman en casa] es exactamente la misma persona que era hace 25 o 30 años, siempre fue un libertario más intervencionista y pro-guerra que su padre. Realmente, no ha cambiado," declara a POLITICO Eric Dondero, un asesor de toda la vida del padre. "Discutían sobre ello durante la campaña de 1988 [cuando Ron se presentó a la Presidencia por el Partido Libertario]. Puedo recordar concretamente cuando fuimos a Carolina del Norte, cuando Randy estaba todavía sacándose el título médico en la Universidad de Duke, y él iba en el asiento trasero y Ron iba en el asiento delantero y discutían todo el rato sobre Reagan y la política nuclear y ese tipo de cosas."
Pero ahora lo que hay en juego es muy grande porque el hijo no se presenta a Presidente solo para hacerse oír, como el padre, sino para ganar. Michael Goldfarb, un veterano operario conservador, resume la delicada situación que enfrentará Rand con su padre en los próximos meses. "Ron está muy chiflado, dice todas estas locuras de mierda, y no se callará, y está perjudicando a su hijo. Es una situación terrible," dice Goldfarb. Pero "¿qué se supone que va a hacer, darle la espalda?"
Los asesores de Rand dicen que el hijo no se dejará ver mucho con su padre en los eventos de la campaña, aunque admiten que Ron podría aparecer en algún momento en Iowa, donde en 2012 obtuvo el 21 por ciento de los votos, y donde Rand busca ampliar el electorado pero sabiendo que no puede permitirse perder a los que votaron a su padre hace solo tres años.
Salvando las obvias distancias, la relación Ron-Rand me recuerda a la relación Jean-Marie- Marine Le Pen.
ResponderEliminarEn ambos casos, el padre construyó una alternativa política sólida, pero minoritaria, durante los 90. Tenían un núcleo respetable de seguidores entusiastas, pero eran percibidos como radicales y no tenían opciones de ganar. Los hijos, Marine y Rand, no quieren renunciar al legado de su padre, pero sí moderarlo, transformarlo y hacerlo ganador. Se sienten incómodos con ciertas posiciones paternas, pero no quieren que sea muy evidente porque se arriesgan a perder a los fieles del padre. Quieren ampliar su arco electoral, pero no a costa de su base. Y los dos pueden llegar a presidir su país, en 2016 y 2017, respectivamente, aunque siguen teniéndolo difícil.
Jean-Marie es un bocachancla que perjudica las opciones de su hija cada vez que hace unas declaraciones. Ron parece más disciplinado, pero si empieza a soltarse y a intervenir en mítines todos sabemos que acabará diciendo alguna inconveniencia y restando opciones a su hijo. Difícil dilema el de la campaña de Ron.
(Quiero decir, obviamente, el de la campaña de Rand xD)
ResponderEliminarEs un paralelismo interesante sobre los pros y los contras de heredar una marca. Pero el apellido Le Pen estigmatiza mucho más que el apellido Paul porque la etiqueta de fascista es mucho más condicionante en Europa con la historia que tiene detrás, que la etiqueta de libertario en EEUU con la historia que tiene detrás.
ResponderEliminarAdemás, Ron Paul nunca llegó a ser figura en unas elecciones generales. Gran parte del gran público, aquel que se engancha a las elecciones en la recta final, ni siquiera sabe muy bien de qué le suena el nombre de Ron Paul. Así que Rand tendrái bastante espacio para maniobrar a medio y largo plazo. El problema es a corto plazo, con los votantes evangélicos de Iowa o los votantes militaristas de Carolina del Sur. Más a largo plazo, el problema más que el electorado son la prensa y ciertos elementos del ala gobernante de su propio partido (gente tipo Peter King) que harían todo lo posible por sabotearlo en las elecciones generales.