domingo, 21 de junio de 2015

La bandera confederada de Carolina del Sur, un tema candente en la precampaña republicana

En el lado republicano, el debate post-Charleston no gira en torno a las armas de fuego, donde más o menos todos los candidatos están a favor de proteger la Segunda Enmienda, sino de la bandera confederada izada delante del capitolio de Carolina del Sur, que enlaza con el eterno debate sobre el alcance de los derechos de los estados frente al poder federal.

Mitt Romney abrió el debate pidiendo en Twitter que retiren la bandera confederada de su emplazamiento público en Columbia en honor a las víctimas de Charleston porque "para muchos es un símbolo de odio racial."


La postura de Romney no es nueva. Ya en 2007, en su primera campaña presidencial, el ex gobernador de Massachusetts - cuyo padre marchó con Martin Luther King en Detroit en los años 60 - dijo que "eso no es una bandera. Esa bandera, francamente, es divisiva y no debería ser mostrada." Todo para que cuatro años después Obama lo pintara como rico racista sin que la prensa dijera ni mú..

Volviendo a junio de 2015, la declaración de Romney ha puesto en un compromiso a todos los presidenciables republicanos ante la insistencia de la prensa para que se posicionen.

Rand Paul y Chris Christie, como es costumbre en ellos con estos asuntos, no se han pronunciado.

Jeb Bush es el que más se ha acercado a la postura de Romney. Ha recordado que él, siendo gobernador, ordenó retirar la bandera confederada del Capitolio de Florida, donde había ondeado desde 1978, y ponerla en un museo, que es "donde está su sitio." Es decir, su postura es que no debe estar izada en lugares públicos pero sí debe mostrarse en los museos porque forma parte de la historia de esos estados.

Marco Rubio ha dicho a través de un comunicado que apoya lo que se hizo en Florida, pasar la bandera a un museo, pero que lo que se haga en Carolina del Sur corresponde a los surcarolineses y no a la gente de fuera. "El próximo Presidente de los Estados Unidos no tomará esa decisión," dice Rubio. "Tomarla corresponde al pueblo de Carolina del Sur. Y creo que tomarán la decisión correcta."

En términos parecidos se ha manifestado el Gobernador de Ohio John Kasich, que está buscando ser la alternativa a Bush y a Christie. Para Kasich, el asunto "corresponde decidirlo al pueblo de Carolina del Sur, pero si yo fuera ciudadano de Carolina del Sur estaría a favor de desmentelarla."

Lindsey Graham, que representa a Carolina del Sur en el Senado, no ha querido pringarse. "No vamos a darle a este tipo una excusa por un libro que pueda haber leído o una película que pueda haber visto o una canción que pueda haber oído o un símbolo que haya en cualquier sitio. Es él, no la bandera."

Scott Walker ha descrito al autor de los crímenes de Charleston como "un hombre racista y malvado," pero cree que el asunto de la bandera es un "tema de estado" que corresponde debatir a los líderes de Carolina del Sur en frío, cuando haya pasado el dolor de la tragedia.

Rick Perry, que inicialmente se refirió a los hechos de Charleston como un "accidente," no por mala fe sino por una de sus habituales peleas con el diccionario - quería decir "incidente" -, se ha declarado abierto a apoyar la retirada de la bandera si hay "una buena conversación que se necesita tener."

Ted Cruz dice entender "a las dos partes" del debate: "A aquellos que ven una historia de opresión racial y esclavitud, que es el pecado original de nuestra nación, y libramos una sangrienta guerra civil para eliminar ese pecado," pero también a "aquellos que quieren recordar los sacrificios de sus ancestros y las tradiciones de sus estados, no la opresión racial, sino las históricas tradiciones y creo que a menudo este asunto es utilizado como una plataforma para intentar dividir a la gente."



Para que nadie se ofenda lo mostramos así.

Y yo me pregunto, cuando un blanco mate a un grupo de indios, ¿qué hacemos? ¿Retiramos todos los antiguos símbolos de los regimientos de caballería del ejército de EEUU?

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