Más suave que otras veces en sus ataques contra los demás - ahora quiere ganar de verdad -, Donald Trump (R) intentó esquivar las preguntas de Stephen Colbert sobre si el Presidente Obama nació en los Estados Unidos.
"Ya no hablo de ello," dijo ayer el constructor de rascacielos y hoteles que hace cuatro años había exigido a Obama que enseñase su certificado de nacimiento para demostrar que había nacido en territorio estadounidense.
"Tenemos que tener un muro" en la frontera, insistió Trump. "En ese muro vamos a tener una puerta gorda y maravillosa... una bonita puerta por la que la gente pueda entrar en el país, pero tienen que venir legalmente."
Colbert intentó en vano que el candidato pidiera disculpas a todas las personas a las que ha ofendido alguna vez, y le propuso jugar a un juego en el que tenía que adivinar si una cita la había pronunciado él o el falso alter ego conservador de Colbert en The Colbert Show.
El megaempresario firmó un ejemplar de su mítico libro de los años ochenta The Art of the Deal ('El arte del trato,' que estuvo más de un año en la lista de bestsellers del New York Times en 1987-88) para el Secretario de Energía de EEUU Ernie Moniz, que era el siguiente invitado al programa.
A la salida del estudio por la puerta trasera del Ed Sullivan Theater de Broadway, Trump hizo ademán de marcharse sin saludar a las decenas de fans que se habían agolpado en la calle para conocer en persona a su ídolo. Pero la naturaleza de Trump le impide irse sin recibir un buen baño de multitudes. Pronto salió del vehículo y se acercó a estrechar manos y a firmar autógrafos.
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