miércoles, 7 de octubre de 2015

La ventaja de ser una celebridad televisiva

"Gracias Jesús Nuestro Señor, por el Presidente Trump," dicen los fans de Trump en sus mítines. (Foto: Mark Wallheiser/@jd_evermore)

MSNBC hace un repaso del dinero que han gastado los diferentes candidatos presidenciales hasta ahora. Lo más sorprendente del informe es que Donald Trump solo ha gastado 2 millones de dólares, menos que rivales republicanos como Ben Carson y Ted Cruz, que han gastado 5.8 y 5.7 millones de dólares, respectivamente, y hasta nueve veces menos que la demócrata Hillary Clinton, que ha gastado 18.2 millones.

Estos datos desmienten que Trump sea como otros millonarios que entraron en política pagando sus campañas con dinero de su propio bolsillo; por ejemplo, Meg Whitman y Michael Bloomberg, que pusieron más de 100 millones en sus campañas a gobernadora de California y alcalde de Nueva York.

La campaña de Trump "se mantiene a flote en gran medida por su condición de celebridad y la cobertura gratuita de la prensa, no por su riqueza."

El constructor de rascacielos y hoteles, presentador de realities y personaje de las revistas del corazón ha recibido el 43 por ciento de la cobertura informativa relativa a los candidatos presidenciales republicanos, según Tyndall Report"La condición de celebridad le hace cosechar una cobertura mediática que el dinero no puede comprar."

El estratega Ed Rollins, veterano de las campañas presidenciales de Ronald Reagan y Mike Huckabee, dice que "conseguir la atención que Trump ha generado desde que entró en la carrera, costaría fácilmente 100 millones de dólares" en casos normales.

"Llevo 50 años en este negocio," declara Rollins a MSNBC. "Nunca he visto a un candidato conseguir este tipo de atención durante un periodo de tiempo tan prolongado como este."

"Es impactante. Y brillante," coincide Chis Cillizza en The Fix.

"Trump ha sido la fuerza dominante de la carrera presidencial republicana durante, al menos, los cuatro últimos meses. Cualquier domingo aparece o llama a alguno - si no a todos - los 'talk-shows' dominicales. Según Facebook, Trump es responsable del 80 por ciento (o más) de las conversaciones sobre la campaña presidencial de 2016 cualquier día. Los dos primeros debates republicanos sumaron 24 millones y 23 millones de espectadores, respectivamente - números que Trump, con razón, atribuye a su presencia en la carrera.

"Toda esa atención ha catapultado a Trump a la cima de prácticamente todas las encuestas nacionales y estatales publicadas en los últimos meses - todo ello sin que Trump haya tenido que echar mano nunca a su bolsillo de forma considerable."

Trump es "el ejemplo viviente de la publicidad que sencillamente no se puede comprar," destaca Cillizza.

"Está jugando el juego mejor que nadie en este momento. ¿Está jugando con un sistema político que prefiere las respuestas simples a las complejas y unos medios de comunicación que ponen las audiencias y los clicks en lo más alto de su lista de prioridades? Totalmente. Pero esa es la genialidad de Trump hasta el momento. Ha reconocido que, como celebridad, con un seguimiento masivo en Instagram y Twitter, puede dominar la conversación electoral sin gastar nada de dinero en el proceso."

No solo es un genio de la autopromoción. Su campaña es la mejor crítica a un sistema que se ha desmadrado y que ya dio señales evidentes de su falta de seriedad con la elección de Obama.

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