martes, 26 de enero de 2016

El cálculo del establishment republicano: si Trump derrota a Cruz en Iowa, el camino de Rubio queda más despejado




"Para muchos observadores externos, la ola de veteranos políticos republicanos y estrategas que suenan cada vez más cómodos con Donald Trump como el nominado presidencial republicano es una señal de que se han rendido," escribe Josh Kraushaar en National Journal.  "En realidad, muchos están intentando salvar la campaña del Senador Marco Rubio (o la de cualquier otra alternativa de la corriente principal), y están apostando a que es más fácil derrotar a Trump en un mano a mano que a un Cruz alentado por una gran actuación en Iowa. Despreciar a Trump en este momento, escribía el lunes el estratega republicano Alex Castellanos en un email, "ayuda de forma perversa tanto a Cruz como a Trump, lo cual no es lo que muchos conservadores pretenden.""


La estrategia sería la siguiente: "Si Cruz pierde en Iowa, se apaga en New Hampshire y no amenaza con terminar en un respetable segundo puesto. Eso permite que el que salga como ganador dentro del ala del establishment en New Hampshire gane impulso como la alternativa anti-Trump. Un número decente de partidarios de Cruz, cuando se les pregunta que escojan a un segundo candidato, gravita hacia Rubio. Las encuestas demuestran que, por el contrario, muchos más partidarios de Trump apoyarían a Cruz. E incluso con los números de favorabilidad de Trump subiendo dentro del GOP, hay más votantes republicanos que no votarían por él bajo ninguna circunstancia que los que dicen lo mismo sobre el senador por Texas."


¿Cuál es el problema de esta estrategia? Que "se arriesgan a entregar las elecciones a Trump en una bandeja de plata, ayudando a noquear a su rival más fuerte mientras observan con impotencia que las alternativas más moderadas se comen las unas a las otras en el proceso. La ilusión detrás de esa estrategia es que Cruz es completamente inelegible, mientras que Trump es lo suficientemente impredecible para ganar unas elecciones generales. Pero en realidad, Cruz parece un abanderado elegible, mientras que Trump podría reducir el partido a escombros."


Algunos republicanos del establishment están dispuestos a correr ese riesgo porque
prefieren perder las elecciones generales antes que ganarlas con Cruz. Textualmente, dicen que "es preferible entregar el partido en alquiler a Trump durante cuatro meses... que arriesgarse a entregárselo a Cruz durante por lo menos cuatro años." Esto nos da una idea de en qué manos está el Partido Republicano...


Kraushaar no comparte la estrategia adoptada por el establishment republicano porque cree que
Trump "es un candidato que depende del 'momentum' - y su éxito depende de la percepción de fortaleza." ¿Y qué significa eso? "Que si es derrotado por Cruz en Iowa, de repente aparece como un perdedor. Eso no significa que sus apoyos desaparezcan, pero permitiría a los otros candidatos reorientar la carrera a su favor. Y lo que es más importante, evita un dos por uno de Trump en Iowa y New Hampshire. Si Trump pierde en Iowa, Cruz sería el claro ganador a corto plazo. Esperaría aprovechar su éxito con un segundo puesto en New Hampshire y una demostración imponente en las primarias sureñas. Pero una victoria de Cruz en Iowa difícilmente cierra la nominación. Su conservadurismo social no combina con New Hampshire, donde su éxito depende de una continuada división entre todos los candidatos del establishment, ni con las primarias posteriores en el Medio Oeste y el Noreste. Y para Rubio, no está claro que un flojo segundo puesto (en New Hampshire, por detrás de Trump) sea mejor que un confuso tercer puesto por detrás de Cruz. Si Rubio espera ser la alternativa de la corriente principal, tendrá que demostrar su viabilidad por sí mismo - y no depender de que Cruz se autodestruya en Iowa."

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