Trump y Cruz llevan su rivalidad a la convención del 'Tea Party' de Carolina del Sur

Donald Trump (R) y Ted Cruz (R) prosiguen su competición por ser el candidato favorito de los votantes que buscan a un conservador insurgente que castigue al establishment. Ayer tuvimos un nuevo capítulo de este concurso en la convención del Tea Party de Carolina del Sur en el Springmaid Beach Resort de Myrtle Beach.

Trump hizo las delicias de los activistas con sus bromas sobre Lindsey Graham, Jeb Bush y otros políticos que no gozan de la simpatía de los tea partiers, pero no recibió la respuesta deseada cuando atacó a Ted Cruz al final de su discurso de 45 minutos.

"Haces una contribución de campaña a Ted Cruz y recibes lo que sea que quieras," dijo el constructor y promotor neoyorquino intentando presentar a Cruz como un candidato que está en el bolsillo de sus grandes contribuyentes.

Esta vez el público, que incluía a muchos seguidores del senador por Texas que portaban las camisetas o las pegatinas rojas de su campaña, reaccionó con abucheos.

"Perdón. Perdón. No declaró sus préstamos bancarios," siguió Trump. "Decid lo que queráis. Recibió préstamos bancarios de Goldman Sachs, recibió préstamos bancarios de Citibank, y luego actúa como si fuera Robin Hood."

Horas antes ante el mismo público, el Senador Cruz había evitado hacer cualquier mención a Trump, como si se hubiera dado cuenta de que enredarse en una pelea con él nunca trae nada bueno y solo te termina desviando de tu camino.

Cruz trazó la diferencia de forma indirecta, animando a los activistas a que examinen los historiales de los candidatos en las causas centrales del movimiento conservador, como la lucha contra el Obamacare, el aborto y los rescates bancarios.

"No escuchéis las palabras que se dicen durante la campaña," pidió Cruz. "Mirad las acciones."

Es "tiempo de elegir," dijo recordando el famoso discurso de Ronald Reagan de 1964, y enumeró siete luchas que dice haber liderado a lo largo de su carrera política, primero como procurador general de Texas y después como senador: la defensa de la Segunda Enmienda; la defensa del matrimonio tradicional; la lucha por eliminar los fondos a Planned Parenthood; las batallas contra el Obamacare, el acuerdo nuclear con Irán, la "amnistía" a inmigrantes ilegales y los rescates gubernamentales a Wall Street y otros sectores privilegiados.

"No puedes ser del Tea Party y al mismo tiempo apoyar la obligatoriedad del etanol porque sea bueno electoralmente en Iowa y apoyar los subsidios al azúcar porque sea bueno electoralmente en Florida," dijo Cruz en clara alusión a Trump y a Marco Rubio, al que ve como su otro gran rival. "Cualquiera que estuviera ausente en la batalla contra el Grupo de los Ocho, ahora no está en situación de decir como candidato que reforzará la frontera."

En la convención de los tea partiers surcarolineses se coló un tercer invitado, Mike Huckabee (R), quien declaró que Trump no debe sentirse obligado por sus antiguos comentarios socialmente liberales porque "si ha cambiado, ha sido a lo largo de 15 años, no de 15 minutos." Días atrás, el ex gobernador de Arkansas ya echó un capote al magnate diciendo que él está más preparado que algunos de sus compañeros para apoyar a Trump en las elecciones generales porque "al menos es auténtico." Los expertos coinciden en que Huckabee ya ha dejado de competir por la Presidencia y en realidad está compitiendo por ser el Vicepresidente de Trump.